No puedes llorar. No puedes decir que duele.
No debes lamentarlo, ni siquiera tienes que notar su ausencia.
No se vale decir que la extrañas y que has estado pensando en sus rizos dorados y salvajes.
No tienes permiso de sentir celos.
Ella puede dedicarte alguna devastadora canción, pues lo mereces.
Ella puede besar ahora a quien quiera, inclusive entregarse.
Ella tiene el permiso de volar en globo y esparcir el amor que sintió por ti.
Ella puede desaparecer.
No puedes verla después de un tiempo y querer besarla.
No debes usar tus armas que sabes funcionarían.
No se vale decirle que la amas.
Así que cállate y oculta esos sentimientos.
No seas cobarde ni egoísta, tú la alejaste y ya no puedes evitarlo, ni siquiera pienses intentar.
No puedes encarcelar más aquel pájaro que merece conocer los cielos.
Su amor es inmenso y en el mundo hay personas que si merecen recibirlo y corresponderle.
Y entonces, recuérdala siempre como una niña.