Por afuera de la casa están todos ellos esperando a que tome su mano y entonces caminemos juntos, están en mi buzón tantas preguntas que esperan mi respuesta, en la avenida están sus coches esperando mi presencia, y sobre la mesa están las plumas esperando mi piño y letra…
En la cocina están tantas tazas de café para preparar y tomarlas enamorado, en el reloj esta el tiempo que ha pasado y el que falta para entonces olvidarlo, sobre mi patio esta el viento que se lleva lo liviano, sobre el suelo mojado, las lagrimas de esos ojos que yo he lastimado…
Pero yo estoy en mi alcoba, recostado abrazándome, tapadito para que el invierno no enfrié mi corazón, con las cortinas abiertas para que entre un poco de los rallos del sol, con el radio encendido para que el silencio no me hable, con café para no quedarme dormido, con hojas viejas en blanco para cuando quiera escribir, con la puerta cerrada para que el miedo no entre y me coma, inclusive con una cajetilla de cigarros para cuando me desespere e intente salir…
Estoy muy a gusto aquí, escuchando mi voz carente de sonido pero no de significado, como la de los sueños: que no se escucha pero la entendemos, respirando sin precipitaciones, cantando sin idioma, tocando sin textura, feliz y contento… enamorado de mi mismo, de mis ojitos lindos, de mis suaves labios, de mis delgados brazos, de mi boba sonrisa, de mis ganas de seguir…
De mi forma tan peculiar y positiva de ver todo, absolutamente todo…
